Reflexiones en tiempo de pandemia



Reflexiones en tiempo de pandemia - encierro - introspección - flashes y no tan flashes


Escribe:
Sil Romero
05 de Mayo, 2020
Córdoba - Argentina

Una vez más el sistema capitalista ha demostrado que está muy lejos de realmente de sostener a la humanidad que a lo largo de los siglos se ha encargado de producir y producir para las ganancias de unos pocos, sin ir más lejos hoy a la crisis en Argentina la sostiene un Estado que no solo va sostener el ingreso de los trabajadores precarizados (he aquí quien les habla), si no que a anunciado que pagará el sueldo de trabajadores del sector privado, para "ayudar" a las empresas a sostener el trabajo de los empleados. Bravo, bravísimo, ahora sí, pienso en aquellos que esta en crisis no solo les afecta si no que los pisotea aún más, sin salir, sin poder trabajar, sin poder cobrar las migajas que el Estado cree puede sostener el consumo familiar. Las formas de consumo no solo han evolucionado, es como si todo hubiera estado armado, primero las app de envío, las tarjetas de crédito, los trámites por Internet. La globalización en sí. Y he aquí la otra cara de la moneda. ¿Quienes acceden a las nuevas formas de consumo, quienes pueden acceder a un celular 4g, quienes pueden cobrar por débito y quienes pueden tomar clases por aulas virtuales? 

Estás nuevas formas se presentan, como hace mucho se me representaban los primeros cuestionamientos de un sistema que descarta más que lo que incluye. Descarta a los ancianos, descarta a los pobres, descarta a los que desean una vida más tranquila, sin depender de las formas de producir y consumir dependientes.

Y en eso de tratar de independizar mis pensamientos, me aferró más a la idea de que sin medios de producción autónomos no se puede ser independientes, mí generación está lejos de acceder a una casa propia sin tener al menos tres trabajos y sin capacidad de ahorro. 

No quiero doblegarme a un sistema que me obliga a pagar impuestos exageradamente impagables, ni deseo vivir bajo la presión de un Estado que decida por mi. 

Hace mucho que no me siento representada, ni por un gobierno ni por el otro, simplemente por que desde empecé a producir siempre fue en la precarización más paupérrima, en negro, sin vacaciones, sin licencia paga por maternidad, sin un sueldo acorde a lo que producía.

Hoy, en medio de una pandemia, donde colapsó el sistema sanitario y dónde han muerto millones de personas, me pregunto hasta donde vamos a llegar aceptando y acatando cada cosa que se nos obligue hacer. Jamás fuimos libres y jamás lo seremos hasta que los medios de producción sean nuestros, y no hablo de grandes empresas hablo de un puto pedazo de tierra, para vivir, para existir sin tener que trabajar como un esclavo posmodernizado con estudios universitarios, o sin ellos. Hasta cuándo vamos a agachar la cabeza cuando se nos obligue a trabajar en condiciones indignas y hablo de todos los sectores que hoy dan cuenta de lo poco funcional que es este sistema, de lo insostenible de la realidad creada para someternos desde la inconsciencia, desde niños hasta una una adultez perfectamente adiestrada para aceptar y legitimizar una forma de vida bastarda. Despertá.

Publicar un comentario

0 Comentarios